24-12-2015, 14:33
Llega a Georgia después de diez días de recorrido el tren chino que abre la nueva ruta de la seda
Publicado el diciembre 14, 2015|
Nueva ruta de la seda. El primer tren de carga chino de la Gran Ruta de la Seda, proyecto con el que gigante asiático quiere incrementar el comercio a Europa reduciendo los costes del transporte marítimo, llega a Georgia tras apenas 10 días de periplo. “Este es un día histórico. Georgia recupera la misión histórica que cumplió durante siglos para el transporte de mercancías del Este al Oeste”, dijo Irakli Garibashvili, primer ministro georgiano, en la estación central de tren de Tiflis.
El tren, que para llegar a este país caucasiano tuvo que cruzar toda China, Kazajistán y Azerbaiyán, se dirigirá seguidamente a Turquía, singladura que llevará unas dos semanas en total, en comparación con los 40-45 días de la ruta marítima.
Garibashvili, quien se mostró convencido de que gracias a este proyecto las mercancías chinas llegarán a los mercados europeos “mucho más rápido y barato”, cree que Georgia se convertirá en cruce de caminos “entre Europa, Asia, Oriente Medio e India”. “Podemos en un plazo incomparablemente breve de tiempo recibir cargamentos chinos y después en 3-5 días distribuirlos en diferentes países europeos”, dijo.
Precisamente, Georgia, que acogió en octubre un foro internacional sobre la Gran Ruta de la Seda, y China comenzaron esta misma semana las negociaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio.
El presidente de China, Xi Jinping, anunció tras llegar al poder los planes de reabrir la tradicional Ruta de la Seda por medio de un nuevo corredor económico-comercial que enlazaría el gigante asiático con Europa y permitiría consumar la expansión china en Asia Central. “En el corredor económico de la Ruta de la Seda viven cerca de tres mil millones de personas, por lo que existe un enorme mercado“, destacó, en relación a la ruta que abarcaba en su tiempo a China, la India, Asia Central, los países árabes y Turquía.
Ahora no serán las caravanas de caballos y camellos que transportaban especias, telas, minerales y piedras preciosas las que impulsen el comercio eurasiático, sino las modernas redes de carreteras, trenes, oleoductos y gasoductos.
Publicado el diciembre 14, 2015|
Nueva ruta de la seda. El primer tren de carga chino de la Gran Ruta de la Seda, proyecto con el que gigante asiático quiere incrementar el comercio a Europa reduciendo los costes del transporte marítimo, llega a Georgia tras apenas 10 días de periplo. “Este es un día histórico. Georgia recupera la misión histórica que cumplió durante siglos para el transporte de mercancías del Este al Oeste”, dijo Irakli Garibashvili, primer ministro georgiano, en la estación central de tren de Tiflis.
El tren, que para llegar a este país caucasiano tuvo que cruzar toda China, Kazajistán y Azerbaiyán, se dirigirá seguidamente a Turquía, singladura que llevará unas dos semanas en total, en comparación con los 40-45 días de la ruta marítima.
Garibashvili, quien se mostró convencido de que gracias a este proyecto las mercancías chinas llegarán a los mercados europeos “mucho más rápido y barato”, cree que Georgia se convertirá en cruce de caminos “entre Europa, Asia, Oriente Medio e India”. “Podemos en un plazo incomparablemente breve de tiempo recibir cargamentos chinos y después en 3-5 días distribuirlos en diferentes países europeos”, dijo.
Precisamente, Georgia, que acogió en octubre un foro internacional sobre la Gran Ruta de la Seda, y China comenzaron esta misma semana las negociaciones para la firma de un acuerdo de libre comercio.
El presidente de China, Xi Jinping, anunció tras llegar al poder los planes de reabrir la tradicional Ruta de la Seda por medio de un nuevo corredor económico-comercial que enlazaría el gigante asiático con Europa y permitiría consumar la expansión china en Asia Central. “En el corredor económico de la Ruta de la Seda viven cerca de tres mil millones de personas, por lo que existe un enorme mercado“, destacó, en relación a la ruta que abarcaba en su tiempo a China, la India, Asia Central, los países árabes y Turquía.
Ahora no serán las caravanas de caballos y camellos que transportaban especias, telas, minerales y piedras preciosas las que impulsen el comercio eurasiático, sino las modernas redes de carreteras, trenes, oleoductos y gasoductos.