03-01-2015, 12:22
En efecto amigos, cada 1 de Enero hemos de recordar el cierre masivo de líneas férreas en España. Y como las cosas siguen igual o peor, vamos lamentablemente por el 30 aniversario.
Un informe del Banco Mundial desencadenó los acontecimientos, tomando el gobierno de entonces, en consejo de ministros de 30 de septiembre de 1984, la fatal decisión de cerrar todas las líneas férreas consideradas "altamente deficitarias".
Una decisión (más que una solución) lamentable, y de la que entonces salió beneficiado más de uno.
En el caso "nuestro", en Zamora, que lo tomamos así por cercanía, la Ruta de la Plata fue también sentenciada en principio para el tráfico de viajeros, manteniéndose el de mercancías.
La cuestión es que esta línea no era ni mucho menos "poco rentable". Lo que nos cuentan los trabajadores de entonces, e incluso la prensa de la época, demuestran una realidad muy diferente a lo que nos vendieron hace 30 años: La vía no se mantenía, y no se hacía porque no interesaba.
Desde prinipios de los años 80 se fue abandonando el mantenimiento de la línea, que como conscecuencia tuvo que ir reduciendo la velocidad de sus circulaciones, haciendo que los tiempos de viaje fuesen cada vez mayores. La seguridad se fue claramente compromentiendo, de forma que hubo varios incidentes e incluso accidentes como consecuencia del estado de la infraestructura.
Paralelamente, el transporte por carretera iba cada vez a más, con empresas que fueron adquiriendo flotas mayores y más modernas. Los tiempos de viaje ya no eran competitivos para el Ferrocarril, que veía como progresivamente se perdían clientes en favor de la carretera...
Solamante entre Zamora y Salamanca, ciudades separadas por poco más de 60 kilómetros, el viaje en tren era de casi hora y media, mientras que por carretera se tardaba una hora exactamente. Y sin sobresaltos.
Demostrar por tanto con cifras y estadísticas que esto no era rentable, fue un juego de niños.
Cuando se decide el cierre, la población reacciona manifestándose contra lo que ya no tiene remedio y se prevé que tenga fatales consecuencias para las localidades por las que discuerren los trazados, e inevitablemente para su modesta economía.
Algunas Comunidades, tuvieron el privilegio de poder decidir sobre el futuro de sus "trazados deficitarios" siempre que se hiciesen cargo del déficit que producían. En el caso de Extremadura, se asumió la parte de la Ruta de la Plata desde Plasencia hasta el sur, manteniéndose en activo en la actualidad para transporte de viajeros y mercancías. La parte norte sin embargo, en sus 340 kilómetros hasta Astorga fue cerrada al tráfico de viajeros.
Paralelamente a los actos reivindicativos, promesas electoralistas, y demás acciones y declaraciones que quedarán para la historia, la Ruta de la Plata continúa funcionando, a otro ritmo, para mercancías. ¿Lo adivinan? La Ruta de la Plata sigue sin mantenerse. Con sus limitaciones a lo largo de esos 340 kilómetros "restringidos", con una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora, la cantidad de pasos a nivel sin guardería, y un servicio que dejaba mucho que desear.
Continuaban los descarrilos, las mercancías tardaban días y días en ser expedidas, los clientes cada vez más desesperados, y hartos del Ferrocarril... ¿Lo siguiente? Cerrar definitivamente la línea. Hay que dar la puntilla al Ferrocarril, por si acaso a alguien se le ocurre la feliz idea de reanimarlo, pensando por un momento que esto pueda ser rentable y beneficioso para los ciudadanos..
En el año 1995 se vuelve a reunir en consejo de ministros, para decretar esta vez el cierre definitivo de líneas. De esta forma, se cierra definitivamente la Ruta de la Plata y demás líneas sentenciadas en 1984, autorizándose su levante. Por diversos motivos, los tramos Astorga-La Bañeza, y Salamanca-Valdunciel permaneces "abiertos", pero el resto queda a la espera de su hora.
Aún así, a finales de los años 90 surge nuevamente con fuerza la idea de reapertura (de la Ruta de la Plata en el tramo Zamora-Salamanca en concreto) porque informes acreditados continúan sosteniendo que esto tiene que ser rentable económica y socialmente.
Se hace incluso un estudio elaborado, para ser reabierta con material de segundo uso, tal como se hizo con la célebre renovación de la línea Ávila-Salamanca, (lo que son las cosas, otra línea condenada al cierre, y que al renovarse, ha sido la que ha sostenido el tráfico de viajeros de Salamanca...) pero todo queda en la nada...
Y en la nada estamos después de tres décadas. 30 años de excusas y engaños de ya sabemos quien, manteniendo primero una ilusión para los que llegamos a creer algún día que las cosas llegarían a caer por su propio peso, y después ignorando y despreciando ese camino de hierro secular que con tanto esfuerzo e ilusiones constuyeron nuestros antepasados.
Me pregunto que si ahora que estamos en ese periodo en que no se nos puede negar nada, y que nos prometen todo, trasladamos a los dirigentes y demás interesados, nuestras inquietudes (aunque hayan pasado 30 años), esa justa reivindicación de reapertura, al menos por nuestra parte del tramo Zamora-Salamanca.
En pleno siglo XXI resulta totalmente ridículo que dos capitales de provincia, por pequeñas que sean, pero con un trasiego diario de gente tan importante, no estén comunicadas por Ferrocarril, máxime cuando ya existe una infraestructura, aprovechable en buena parte.
Os paso enlace a un artículo que enviamos al diario La Opinión de Zamora, con alguna foto de nuestro fondo gráfico:
http://www.laopiniondezamora.es/zamora/2...12904.html
Asociación Ferroviaria Zamorana
Un informe del Banco Mundial desencadenó los acontecimientos, tomando el gobierno de entonces, en consejo de ministros de 30 de septiembre de 1984, la fatal decisión de cerrar todas las líneas férreas consideradas "altamente deficitarias".
Una decisión (más que una solución) lamentable, y de la que entonces salió beneficiado más de uno.
En el caso "nuestro", en Zamora, que lo tomamos así por cercanía, la Ruta de la Plata fue también sentenciada en principio para el tráfico de viajeros, manteniéndose el de mercancías.
La cuestión es que esta línea no era ni mucho menos "poco rentable". Lo que nos cuentan los trabajadores de entonces, e incluso la prensa de la época, demuestran una realidad muy diferente a lo que nos vendieron hace 30 años: La vía no se mantenía, y no se hacía porque no interesaba.
Desde prinipios de los años 80 se fue abandonando el mantenimiento de la línea, que como conscecuencia tuvo que ir reduciendo la velocidad de sus circulaciones, haciendo que los tiempos de viaje fuesen cada vez mayores. La seguridad se fue claramente compromentiendo, de forma que hubo varios incidentes e incluso accidentes como consecuencia del estado de la infraestructura.
Paralelamente, el transporte por carretera iba cada vez a más, con empresas que fueron adquiriendo flotas mayores y más modernas. Los tiempos de viaje ya no eran competitivos para el Ferrocarril, que veía como progresivamente se perdían clientes en favor de la carretera...
Solamante entre Zamora y Salamanca, ciudades separadas por poco más de 60 kilómetros, el viaje en tren era de casi hora y media, mientras que por carretera se tardaba una hora exactamente. Y sin sobresaltos.
Demostrar por tanto con cifras y estadísticas que esto no era rentable, fue un juego de niños.
Cuando se decide el cierre, la población reacciona manifestándose contra lo que ya no tiene remedio y se prevé que tenga fatales consecuencias para las localidades por las que discuerren los trazados, e inevitablemente para su modesta economía.
Algunas Comunidades, tuvieron el privilegio de poder decidir sobre el futuro de sus "trazados deficitarios" siempre que se hiciesen cargo del déficit que producían. En el caso de Extremadura, se asumió la parte de la Ruta de la Plata desde Plasencia hasta el sur, manteniéndose en activo en la actualidad para transporte de viajeros y mercancías. La parte norte sin embargo, en sus 340 kilómetros hasta Astorga fue cerrada al tráfico de viajeros.
Paralelamente a los actos reivindicativos, promesas electoralistas, y demás acciones y declaraciones que quedarán para la historia, la Ruta de la Plata continúa funcionando, a otro ritmo, para mercancías. ¿Lo adivinan? La Ruta de la Plata sigue sin mantenerse. Con sus limitaciones a lo largo de esos 340 kilómetros "restringidos", con una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora, la cantidad de pasos a nivel sin guardería, y un servicio que dejaba mucho que desear.
Continuaban los descarrilos, las mercancías tardaban días y días en ser expedidas, los clientes cada vez más desesperados, y hartos del Ferrocarril... ¿Lo siguiente? Cerrar definitivamente la línea. Hay que dar la puntilla al Ferrocarril, por si acaso a alguien se le ocurre la feliz idea de reanimarlo, pensando por un momento que esto pueda ser rentable y beneficioso para los ciudadanos..
En el año 1995 se vuelve a reunir en consejo de ministros, para decretar esta vez el cierre definitivo de líneas. De esta forma, se cierra definitivamente la Ruta de la Plata y demás líneas sentenciadas en 1984, autorizándose su levante. Por diversos motivos, los tramos Astorga-La Bañeza, y Salamanca-Valdunciel permaneces "abiertos", pero el resto queda a la espera de su hora.
Aún así, a finales de los años 90 surge nuevamente con fuerza la idea de reapertura (de la Ruta de la Plata en el tramo Zamora-Salamanca en concreto) porque informes acreditados continúan sosteniendo que esto tiene que ser rentable económica y socialmente.
Se hace incluso un estudio elaborado, para ser reabierta con material de segundo uso, tal como se hizo con la célebre renovación de la línea Ávila-Salamanca, (lo que son las cosas, otra línea condenada al cierre, y que al renovarse, ha sido la que ha sostenido el tráfico de viajeros de Salamanca...) pero todo queda en la nada...
Y en la nada estamos después de tres décadas. 30 años de excusas y engaños de ya sabemos quien, manteniendo primero una ilusión para los que llegamos a creer algún día que las cosas llegarían a caer por su propio peso, y después ignorando y despreciando ese camino de hierro secular que con tanto esfuerzo e ilusiones constuyeron nuestros antepasados.
Me pregunto que si ahora que estamos en ese periodo en que no se nos puede negar nada, y que nos prometen todo, trasladamos a los dirigentes y demás interesados, nuestras inquietudes (aunque hayan pasado 30 años), esa justa reivindicación de reapertura, al menos por nuestra parte del tramo Zamora-Salamanca.
En pleno siglo XXI resulta totalmente ridículo que dos capitales de provincia, por pequeñas que sean, pero con un trasiego diario de gente tan importante, no estén comunicadas por Ferrocarril, máxime cuando ya existe una infraestructura, aprovechable en buena parte.
Os paso enlace a un artículo que enviamos al diario La Opinión de Zamora, con alguna foto de nuestro fondo gráfico:
http://www.laopiniondezamora.es/zamora/2...12904.html
Asociación Ferroviaria Zamorana