04-01-2017, 08:49
Hola de nuevo, quisiera aclarar una cosa, por si no se ha dado cuenta alguien.
En escala N, los tiempos han cambiado, o mejor dicho, las cosas han cambiado con el tiempo.
En tiempos de Ibertrén, lo que hacía Ibertrén era maravilloso, porque era lo que había. En esa época, además, eramos niños y no modelistas.
Luego comenzamos a madurar y si nuestra afición por el tren no decayó, comenzamos a conocer otros fabricantes, y nos dimos cuenta que Ibertrén hacía juguetes y no tanto modelos, aunque algunos estaban muy bien para la época en la que se hicieron.
Entonces ya conociendo a Fleischmann, Roco y Arnold, sabíamos las diferencias, y aprendimos a distinguir entre juguetes y modelos o reproducciones.
En estos tiempos, ya casi todos peinamos canas, y el nivel de exigencia ha subido mucho, porque los fabricantes han afinado mucho más, y ya no nos conformamos con juguetes, queremos modelos y españoles.
A muchos ya no nos vale que Fleischmann haga un repintado de un Eurofima y nos lo venda como un 10.000 de Renfe, o de un X alemán nos haga un 8.000 con solo cambiar la tampografía, ya que hasta el color verde oliva es parecido. Aunque tenga un rodaje impecable. Y si encima quiere que paguemos 40 euros por un coche que sabemos que es falso, pues no lo consigue o si lo hace, a duras penas. Venden poco de esta forma.
Y sin embargo, salen modelos auténticamente españoles y se venden como churros. En eBay se cotiza un 9000 restaurante de Hispatren a mas de 200 euros. Y todos sabemos que tienen problemas de rodaje. ¿Por qué? Porque sabemos que son muy fieles a la realidad.
Por otro lado, y gracias a los foros de Internet como éste, se hacen análisis exhaustivos de los modelos, comentando sus virtudes y sus pecados.
Porque gracias a este medio de comunicación, nos ponemos en contacto los aficionados, y entre ellos están los que les apasionan los detalles, a quienes algunos llaman "cuentarremaches" despectivamente, pero que saben distinguir esas peculiaridades que hacen de un modelo más real o menos.
Por lo tanto, de esta difusión de la información, se produce un nivel de conocimiento que antes no se tenía.
Por supuesto, de todo esto cada uno se hace sus preferencias y su nivel de exigencia, que hay que respetar, aunque sea por aquello llamado educación.
Y todo esto que afirmo lo demuestra la realidad. Solo tienen que ver qué modelos siguen en las tiendas y cuáles se quedan sin existencias.
En escala N, los tiempos han cambiado, o mejor dicho, las cosas han cambiado con el tiempo.
En tiempos de Ibertrén, lo que hacía Ibertrén era maravilloso, porque era lo que había. En esa época, además, eramos niños y no modelistas.
Luego comenzamos a madurar y si nuestra afición por el tren no decayó, comenzamos a conocer otros fabricantes, y nos dimos cuenta que Ibertrén hacía juguetes y no tanto modelos, aunque algunos estaban muy bien para la época en la que se hicieron.
Entonces ya conociendo a Fleischmann, Roco y Arnold, sabíamos las diferencias, y aprendimos a distinguir entre juguetes y modelos o reproducciones.
En estos tiempos, ya casi todos peinamos canas, y el nivel de exigencia ha subido mucho, porque los fabricantes han afinado mucho más, y ya no nos conformamos con juguetes, queremos modelos y españoles.
A muchos ya no nos vale que Fleischmann haga un repintado de un Eurofima y nos lo venda como un 10.000 de Renfe, o de un X alemán nos haga un 8.000 con solo cambiar la tampografía, ya que hasta el color verde oliva es parecido. Aunque tenga un rodaje impecable. Y si encima quiere que paguemos 40 euros por un coche que sabemos que es falso, pues no lo consigue o si lo hace, a duras penas. Venden poco de esta forma.
Y sin embargo, salen modelos auténticamente españoles y se venden como churros. En eBay se cotiza un 9000 restaurante de Hispatren a mas de 200 euros. Y todos sabemos que tienen problemas de rodaje. ¿Por qué? Porque sabemos que son muy fieles a la realidad.
Por otro lado, y gracias a los foros de Internet como éste, se hacen análisis exhaustivos de los modelos, comentando sus virtudes y sus pecados.
Porque gracias a este medio de comunicación, nos ponemos en contacto los aficionados, y entre ellos están los que les apasionan los detalles, a quienes algunos llaman "cuentarremaches" despectivamente, pero que saben distinguir esas peculiaridades que hacen de un modelo más real o menos.
Por lo tanto, de esta difusión de la información, se produce un nivel de conocimiento que antes no se tenía.
Por supuesto, de todo esto cada uno se hace sus preferencias y su nivel de exigencia, que hay que respetar, aunque sea por aquello llamado educación.
Y todo esto que afirmo lo demuestra la realidad. Solo tienen que ver qué modelos siguen en las tiendas y cuáles se quedan sin existencias.
Tanta paz te lleves como descanso dejes.