01-09-2016, 17:16
Granada, capital sin tren
agosto 21, 2016
Granada cumple esta semana 500 días sin conexiones ferroviarias. Es la única capital del país sin trenes, por un aislamiento que comenzó hace 20 meses con la adjudicación de las obras del AVE a su paso por Loja, un tramo enquistado que espera la formación de Gobierno para resolver el problema que trae de cabeza a la ciudad.
Vecinos y políticos, empresarios y hosteleros claman por recuperar los trenes a Granada; aunque sea por la vía convencional. El AVE queda lejos. Pero el tren que ha estado ahí ‘toda la vida’ tampoco está al alcance de los usuarios. Tampoco los visitantes lo tienen fácil. Y eso que la ciudad vive para el turismo, con la Alhambra situado en puestos de cabeza de forasteros (este año va a superar sus registros históricos al recibir en el primer semestre del año más de 1,36 millones de turistas). Comprar un billete de tren (para o desde la ciudad) incluye el autobús. Para salvar la desconexión que hace menos seductora la opción de un viaje ferroviario, Adif contempla un plan alternativo.
El pasado junio, el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, explicó tras reunirse con el alcalde de Granada que Fomento no contempla planes ‘B’ para acabar con el aislamiento ferroviario, pero tampoco puede responder al modificado y complemento de la empresa de Loja, “de difícil encaje legal”, por pedir un 10% más de lo acordado durante la licitación.
El alcalde de Granada, Francisco Cuenca (PSOE), ya “elevó el tono” de las protestas. El mismo día de su investidura el pasado mes de mayo, se colocó tras una pancarta para mostrar el hartazgo de políticos y empresarios, con comunicados reivindicativos de administraciones como la Diputación de Granada, el Ayuntamiento, hosteleros y empresarios.
Y todo sigue igual. O peor. Porque pasa el tiempo y no se ve una solución en el horizonte. A los proyectos de variantes, los cambios de gobierno, los daños ambientales denunciados por vecinos y ecologistas y las consabidas dificultades de una obra con presupuestos millonarios se suma la adjudicación a una empresa que reclama ahora más dinero y con la que el Ministerio de Fomento anunció reuniones en junio. Todo un despropósito ¿Hasta cuándo?
agosto 21, 2016
Granada cumple esta semana 500 días sin conexiones ferroviarias. Es la única capital del país sin trenes, por un aislamiento que comenzó hace 20 meses con la adjudicación de las obras del AVE a su paso por Loja, un tramo enquistado que espera la formación de Gobierno para resolver el problema que trae de cabeza a la ciudad.
Vecinos y políticos, empresarios y hosteleros claman por recuperar los trenes a Granada; aunque sea por la vía convencional. El AVE queda lejos. Pero el tren que ha estado ahí ‘toda la vida’ tampoco está al alcance de los usuarios. Tampoco los visitantes lo tienen fácil. Y eso que la ciudad vive para el turismo, con la Alhambra situado en puestos de cabeza de forasteros (este año va a superar sus registros históricos al recibir en el primer semestre del año más de 1,36 millones de turistas). Comprar un billete de tren (para o desde la ciudad) incluye el autobús. Para salvar la desconexión que hace menos seductora la opción de un viaje ferroviario, Adif contempla un plan alternativo.
El pasado junio, el secretario de Estado de Infraestructuras, Julio Gómez-Pomar, explicó tras reunirse con el alcalde de Granada que Fomento no contempla planes ‘B’ para acabar con el aislamiento ferroviario, pero tampoco puede responder al modificado y complemento de la empresa de Loja, “de difícil encaje legal”, por pedir un 10% más de lo acordado durante la licitación.
El alcalde de Granada, Francisco Cuenca (PSOE), ya “elevó el tono” de las protestas. El mismo día de su investidura el pasado mes de mayo, se colocó tras una pancarta para mostrar el hartazgo de políticos y empresarios, con comunicados reivindicativos de administraciones como la Diputación de Granada, el Ayuntamiento, hosteleros y empresarios.
Y todo sigue igual. O peor. Porque pasa el tiempo y no se ve una solución en el horizonte. A los proyectos de variantes, los cambios de gobierno, los daños ambientales denunciados por vecinos y ecologistas y las consabidas dificultades de una obra con presupuestos millonarios se suma la adjudicación a una empresa que reclama ahora más dinero y con la que el Ministerio de Fomento anunció reuniones en junio. Todo un despropósito ¿Hasta cuándo?