Cómo convertir en dos patadas un cerrado alemán en un J200.000
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Cómo convertir en dos patadas un cerrado alemán en un J200.000


          Buenas tardes a todos.

         En esta ocasión vamos a proceder a una transformación, que realmente no lo es, ya que se trata de un simple repintado y rematriculado, de un vagón de Roco para conseguir un J200.000 que queda bastante vistoso en las composiciones RENFE de Época III y principios de la Época IV.

        Por casa tenía un par de vagones de Roco de referencia 25052 que, si bien presentan algunas diferencias con los J200.000, podían resultar asumibles, al menos para mí, de manera que me hiciese con los correspondientes J200.000.

          Veamos el vagón real.

   
 
          Y ahora vamos con el modelo.

   
 
         El vagón, como podéis ver, tiene dos diferencias fundamentales con el original. Por una parte, la más llamativa, la presencia de nervios en los paneles laterales anexos al portón. La segunda son los topes que, como viene siendo habitual en los vagones alemanes, son redondos, en vez de cuadrados.

        Como he adelantado, voy a asumir estas diferencias a fin de no complicarme la vida, ya que, eliminar los nervios en un vagón que no es liso, al imitar los listones de madera, es una tarea muy compleja y el resultado final es muy incierto. En el fondo, de lo que se trata es de modificar un par de vagones que ya tenía para incorporarlos a una composición de las nuestras. No obstante, existen vagones correctos en empate y dimensiones, sin esos nervios de los que os podéis servir para la transformación aquellos que, más puristas, no deseéis asumir las diferencias con el real.

          Una vez fuera de la caja, aquí tenemos al paciente.

   
 
        Lo primero que haremos será desmontar el modelo. En este caso es algo muy sencillo. Se saca el techo simplemente tirando. Para separar el bastidor de la caja hay cuatro uñetas en la parte inferior del bastidor. Con un destornillador fino y mucho cuidado para no romperlas se ejerce presión de fuera hacia dentro y se tira simultáneamente del bastidor hasta extraerlo.

         Dado que el bastidor original no tiene inscripciones de ningún tipo y ya es negro de origen, de momento no tenemos nada que hacer con él. Limpiamos las tampografías de la caja con ayuda de un bastoncillo y alcohol y pasamos a la fase de pintura.

        Como bien sabéis los que hayáis seguido alguno de mis anteriores posts, siempre que puedo utilizo pinturas Gunze Sangyo, ya que me parecen de mejor calidad a las Tamiya, al margen de que su gama de verdes, grises y metalizados es muy superior a las de cualquier otra marca. En este caso voy a emplear la H68 RLM74 Dark Gray para el techo y la H305 FS36118 para la caja. Y procedo, sin más, a pintar ambos.

          Una vez secos y montados techo y caja, este es el resultado.

   
 
         Tenemos el techo más oscuro que la caja y, ambos, en unos tonos que, a mi modo de ver, igualan bastante bien con los colores de aquellos vagones. De los que, todo sea dicho, existen muy pocas fotografías. Yo sólo he encontrado la que abre este post, que corresponde al J200.017.

          Ya sólo nos queda colocar las calcas y barnizar. Una observación; quizá por la falta de documentación gráfica de esta serie, las únicas calcas que hay a la venta corresponden al J200.017, con lo cual, quien quiera hacerse más de un vagón (y la facilidad para hacerlo invita a ello), no tendrá más remedio que repetir matrícula. Qué le vamos a hacer.

          Colocamos las calcas en la caja y en el bastidor; barnizamos techo, caja y bastidor (del que habremos retirado previamente los ejes y los enganches) y, una vez secos volvemos a montarlo todo.

          Y este es el resultado final.

   
 
   
 
          Las calcas incluyen la franja roja de los portones, que indican que se trata de un vagón desprovisto de freno, si bien, no las he utilizado.

          Como no se me da mal el aerógrafo, he preferido enmascarar y pintarlas, ya que no es complicado y creo que el resultado final es más satisfactorio que con las calcas. El nervio central del portón y las hendiduras del mismo podrían hacer que la calca no quedase muy bien de aspecto pese al empleo de Microsol, y el enmascarado es muy sencillo.

         Como veréis, a pesar de las diferencias existentes con el real, con muy poco trabajo y en un par de ratos, es posible incorporar un cerrado de aspecto muy ferroviario que puede animar mucho algunas composiciones. Aunque sea, en parte,  un renfrito. Para los más puristas, ya digo que no es difícil encontrar vagones sin los nervios, que se ajusten más al modelo real.

          Y esto es todo. Espero que os guste y os sirva la idea.

          Saludos.
Víctor
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Cómo convertir en dos patadas un cerrado alemán en un J200.000 - por viermi - 04-02-2018, 18:43

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