Noche Mágica
#1
Aunque este recuerdo lo publiqué el año pasado en otro foro, quisiera compartirlo con vosotros en las primeras fiestas entrañables que pasamos juntos.
Seguro que más de uno ya lo habrá leido, pero es un recuerdo sin fecha de caducidad.


En estas entrañables fechas, alegres y nostálgicas a la vez, me invade un sentimiento de profundo agradecimiento hacia mi padre, por desgracia ya no está conmigo.

Muchos de nosotros le debemos a ellos nuestra querida afición, la noche de Reyes fue para ellos una inmensa ilusión, montando el tren que a la mañana siguiente disfrutaríamos nosotros.

Los más afortunados, grandes trenes, los menos, trenes pequeños, pero trenes al fin y al cabo.

Con los años hemos sido nosotros los padres, seguro que más de uno ha sentido lo mismo que nuestro querido progenitor.

Otros somos ya abuelos, tenemos la misma ilusión, regalar un tren, grande o pequeño, da igual, es la Noche Mágica, la Noche de los Sueños. La Noche del Tren.

Hay muchos días en que él está presente en mi recuerdo, pero esta noche es especial, esta noche no tengo más que expresarle mis gracias, mi cariño, allí donde esté, seguro que me está escuchando y me sonrie.

Gracias papá.


Y gracias a vosotros por leerlo.
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#2
Muy emotivo y real cómo la vida misma, yo no tengo nietos pero imagino que debe ser aún más bonito regalar al o a los nietos un tren y ver la cara de ilusión que ponen cuando abren el paquete y piden ayuda para ensamblar las vías, montar los vagones y la locomotora.
Jaime
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#3
Gracias Jordi por tus palabras. Reconfortan cuando volvemos a nuestro interior para seguir teniendo presentes a los que nos han dejado.
Yo no seré abuelo pero tengo unos medio sobrinos que lo suplen y les estoy metiendo el gusanillo. En Zaragoza tengo el más avanzado.
Pero tus primeras frases me han hecho recordar una anécdota cuando tenía...........buf, creo que 8 ó 9 años (entonces tenía pelo, lo juro) y en la noche de reyes el rey negro, Baltasar, me subió a su caballo. Ostras, cómo presumí ante mis amigos, qué gozada. Yo subido al caballo del rey negro.
Al bajarme me fui con mi madre, cogido de la mano, y pasamos por delante de una juguetería. Adivina qué es lo me llamó la atención: sí, un tren circulando en el escaparate.
Ahí, en ese momento, nació mi afición que no se concretaría hasta muchos años después. Pero mi afición a los trenes he de agradecérsela a los Reyes Magos, o a la mágica noche de los Reyes Magos.
Desgraciadamente mi padre no pudo cumplir su deseo de regalármelo (se que quiso) pero luego pudimos disfrutar algunos años juntos con mi maqueta.
Gracias por recordármelo.
Te quiero, papa
Un fuerte abrazo, Jordi
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#4
Que bonito emotivo y profundo yo tampoco voy a tener nietos pero ya soy tío abuelo y ya me gustaría que alguno de ellos los picara el gusanillo algún día por que a alguien le tendré que dejar mis cuatro trenes    Gran sonrisa   pero todo se andará  un fuerte abrazo 
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#5
No había tenido el placer de leer ni el mensaje anterior de Jordi ni el tuyo Pepe me parecen ambos muy emotivos y bonitos por desgracia a mi también me faltan ya mis progenitores y como vosotros mucha sino toda la culpa de esta afición se la debo a ellos en primer lugar a los 7 años al operarme de las amígdalas me regalaron un tren a pilas de Paya escala H0 por cierto todavía lo conservo casi completo fue mi primer tren desde entonces no he ni han parado poco a poco de comprarme más trenes. Todos los años por Navidad en la Gran Vía de Madrid había unos almacenes llamados SEPU que ponían una maqueta inmensa de trenes escala H0 y mis padres cuando el trabajo se lo permitía me llevaban todos los años a verlo, aprovechaba que algún familiar se iba de viaje para decirle a mis padres que me llevaran a la estación para despedirles, íbamos principalmente a la Estación Principe Pio (Antes Estación del Norte) donde salían los trenes en Dirección a León que era la tierra de mi Madre, mi padre hacía un esfuerzo para aquellos tiempos y me sacaba un "billete de anden" si un billete de anden como suena solamente valía para ir a los andenes de la estación y ver salir el tren, siempre íbamos con tiempo suficiente para que yo recorriera todo el anden hasta llegar a la locomotora en donde me quedaba embobado viendo esas maravillosas maquinas quiero recordar que se trataba de las 7100 y ya posteriormente la 269 y 276.
No quiero alargarme más solo que igual que vosotros daros las gracias y sobre todo gracias a mis padres con cariño de vuestro hijo Juan Carlos  
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