16-07-2015, 14:44
El tren postal de Londres
Publicado el julio 14, 2015|
Pocos conocen la historia, pero son aún muchos menos los que han podido presenciar la escena. Los testigos casi se pueden contar con los dedos de las manos. Surge de vez en cuando y aparece ante el gran público. Es, como los fantasmas, que emergen sin saber muy bien por qué y cómo en un momendo determinado. Pero a diferencia de los espectros, es muy real. Es un tren, con un gran papel, pero sin cometido hoy en día, que recorre de este a oeste el subsuelo londinense. Sin maquinista y sin pasajeros. Se trata del ‘MailRail’, que gestiona el Post Office, y que se mantiene parado, a la espera de conocer su futuro.
Ideado a principios del siglo anterior e inaugurado en 1927, el ‘MainRail’ se ha mantenido activo hasta 2003. De vez en cuando, resucita -es el escenario ideal para el cine; en el filme ‘Hudson Hawk’, Bruce Willis usa la línea para escapar del Vaticano escondido en unas sacas de correo- y vuelve a circular, bien para mantener la línea en activo o para alguna demostración cultural -el periodista de la BBC Brian Johnston viajó como un paquete postal para el programa ‘In Town Tonight’-. La línea era útil para e antiguo monopolio de correos británico, que transportaba cartas y paquetes entre sus principales oficinas. Oficialmente el ‘MailRail’ no está cerrado, pero le aguarda un incierto futuro.
Hay que remontarse hasta mitad del siglo XIX para comprender el nacimiento de este sistema de envío postal. En 1853 se construye un tubo de 225 metros que recorre el edificio principal del correo británico, por donde se envía por aspiración la mercancía de un extremo a otro. La idea, desarrollada por la Pneumatic Despatch Company, dio paso a un experimento en Battersea donde se construyó una línea de 410 metros. Otro túnel subterráneo permitía la circulaban, también por el sistema de aspiración, de pequeños vehículos que rodaban por una vía de unos 60 centímetros entre la estación de Euston y la vecina oficina de correos del distrito noroeste de la ciudad. Diversos problemas dieron al traste con el experimento ya que el ahorro de tiempo entre este sistema y el tradicional era exiguo. Tampoco sale adelante el plan de la London Despatch Company que 1895 utiliza propulsión eléctrica para los trenes. Los túneles acaban en manos del Post Office en 1921 que tiende allí sus cables telefónicos.
El crecimiento desmesurado de la ciudad y las complicaciones para el tránsito de vehículos obliga al Post Office a revisar sus planes y se inclina por construir una red subterránea de trenes eléctricos que atraviese Londres a 21 metros de profundidad. El proyecto toma forma en un túnel de 37 kilómetros de extensión y 2,75 metros de diámetro que une Paddington, en el oeste de la capital, con Whitechapel, en el este. La Gran Guerra obliga a parar las obras de electrificación. El túnel sirve, sin embargo, para proteger numerosas obras de arte de la Tate Gallery, la National Portrait Gallery, el Museo Británico y la Colección Wallace.
Los trabajos se reanudan en 1920 y en diciembre de 1927 se inaugura un primer tramo entre Paddington y la central de correos de Mount Pleasant, en la zona de Clerkenwell, al Este de Londres. Los trenes descarrilaban al principio con cierta facilidad, pero el sistema se mejora en la década de los 30 y empieza a funcionar con normalidad. La línea recorre siete estaciones, bajo las principales oficinas de correos.
Con este sistema se llegaron a transportar cuatro millones de cartas al día. Cada tren tardaba 26 minutos en recorrer los 37 kilómetros que separan Paddington de Whitechapel, incluyendo una parada de un minuto en cada unas de las estaciones del recorrido. Llegó a haber 50 trenes en funcionamiento, capaces de transportar cada uno 84 sacas de correos.
Durante la Segunda Guerra Mundial el servicio se redujo a 16 horas diarias. Poe la noche los túneles se utilizaban como refugio contra los bombardeos nazis. Solo se produjo un incidente grave:la estación de Mount Pleaseant se inundó cuando uno de los bombardeos alcanzó de lleno en 1943 la central de correos.
El Post Office nunca se decidió a llevar a cabo las ampliaciones previstas, la extensión del tendido por el Oeste hasta Willesden y dos nuevos ramales circulares: uno desde Mont Pleasant que tenía que pasar por King’s Cross, St Pancras y Euston y otro que arrancaba en New Ofxord Street y acababa en King Edward Street pasando por Waterloo, dos oficinas del sureste, London Bridge y Cannon Street, en la City. En 1987, renovó por completo el sistema y lo bautizó con el nombre con el que aún se le conoce. En 1993, todo el tendido se controlaba por ordenador. Pero la aparición del correo electrónico, que hizo entrar en pérdidas a todo el Post Office, acabó condenando a muerte al ‘MailRail’, que quedó fuera de servicio el 31 de mayo de 2003. El cine y la televisión lo devuelven de vez en cuando a la actualidad. Pero a buen seguro que, visto su pasado, merece un futuro mejor.
Publicado el julio 14, 2015|
Pocos conocen la historia, pero son aún muchos menos los que han podido presenciar la escena. Los testigos casi se pueden contar con los dedos de las manos. Surge de vez en cuando y aparece ante el gran público. Es, como los fantasmas, que emergen sin saber muy bien por qué y cómo en un momendo determinado. Pero a diferencia de los espectros, es muy real. Es un tren, con un gran papel, pero sin cometido hoy en día, que recorre de este a oeste el subsuelo londinense. Sin maquinista y sin pasajeros. Se trata del ‘MailRail’, que gestiona el Post Office, y que se mantiene parado, a la espera de conocer su futuro.
Ideado a principios del siglo anterior e inaugurado en 1927, el ‘MainRail’ se ha mantenido activo hasta 2003. De vez en cuando, resucita -es el escenario ideal para el cine; en el filme ‘Hudson Hawk’, Bruce Willis usa la línea para escapar del Vaticano escondido en unas sacas de correo- y vuelve a circular, bien para mantener la línea en activo o para alguna demostración cultural -el periodista de la BBC Brian Johnston viajó como un paquete postal para el programa ‘In Town Tonight’-. La línea era útil para e antiguo monopolio de correos británico, que transportaba cartas y paquetes entre sus principales oficinas. Oficialmente el ‘MailRail’ no está cerrado, pero le aguarda un incierto futuro.
Hay que remontarse hasta mitad del siglo XIX para comprender el nacimiento de este sistema de envío postal. En 1853 se construye un tubo de 225 metros que recorre el edificio principal del correo británico, por donde se envía por aspiración la mercancía de un extremo a otro. La idea, desarrollada por la Pneumatic Despatch Company, dio paso a un experimento en Battersea donde se construyó una línea de 410 metros. Otro túnel subterráneo permitía la circulaban, también por el sistema de aspiración, de pequeños vehículos que rodaban por una vía de unos 60 centímetros entre la estación de Euston y la vecina oficina de correos del distrito noroeste de la ciudad. Diversos problemas dieron al traste con el experimento ya que el ahorro de tiempo entre este sistema y el tradicional era exiguo. Tampoco sale adelante el plan de la London Despatch Company que 1895 utiliza propulsión eléctrica para los trenes. Los túneles acaban en manos del Post Office en 1921 que tiende allí sus cables telefónicos.
El crecimiento desmesurado de la ciudad y las complicaciones para el tránsito de vehículos obliga al Post Office a revisar sus planes y se inclina por construir una red subterránea de trenes eléctricos que atraviese Londres a 21 metros de profundidad. El proyecto toma forma en un túnel de 37 kilómetros de extensión y 2,75 metros de diámetro que une Paddington, en el oeste de la capital, con Whitechapel, en el este. La Gran Guerra obliga a parar las obras de electrificación. El túnel sirve, sin embargo, para proteger numerosas obras de arte de la Tate Gallery, la National Portrait Gallery, el Museo Británico y la Colección Wallace.
Los trabajos se reanudan en 1920 y en diciembre de 1927 se inaugura un primer tramo entre Paddington y la central de correos de Mount Pleasant, en la zona de Clerkenwell, al Este de Londres. Los trenes descarrilaban al principio con cierta facilidad, pero el sistema se mejora en la década de los 30 y empieza a funcionar con normalidad. La línea recorre siete estaciones, bajo las principales oficinas de correos.
Con este sistema se llegaron a transportar cuatro millones de cartas al día. Cada tren tardaba 26 minutos en recorrer los 37 kilómetros que separan Paddington de Whitechapel, incluyendo una parada de un minuto en cada unas de las estaciones del recorrido. Llegó a haber 50 trenes en funcionamiento, capaces de transportar cada uno 84 sacas de correos.
Durante la Segunda Guerra Mundial el servicio se redujo a 16 horas diarias. Poe la noche los túneles se utilizaban como refugio contra los bombardeos nazis. Solo se produjo un incidente grave:la estación de Mount Pleaseant se inundó cuando uno de los bombardeos alcanzó de lleno en 1943 la central de correos.
El Post Office nunca se decidió a llevar a cabo las ampliaciones previstas, la extensión del tendido por el Oeste hasta Willesden y dos nuevos ramales circulares: uno desde Mont Pleasant que tenía que pasar por King’s Cross, St Pancras y Euston y otro que arrancaba en New Ofxord Street y acababa en King Edward Street pasando por Waterloo, dos oficinas del sureste, London Bridge y Cannon Street, en la City. En 1987, renovó por completo el sistema y lo bautizó con el nombre con el que aún se le conoce. En 1993, todo el tendido se controlaba por ordenador. Pero la aparición del correo electrónico, que hizo entrar en pérdidas a todo el Post Office, acabó condenando a muerte al ‘MailRail’, que quedó fuera de servicio el 31 de mayo de 2003. El cine y la televisión lo devuelven de vez en cuando a la actualidad. Pero a buen seguro que, visto su pasado, merece un futuro mejor.